Fruto de estas influencias, abandonó definitivamente el estilo rococó de sus comienzos y escribió varias obras que iniciaban una nueva poética, entre ellas Canciones de Sesenheim, poesías líricas de tono sencillo y espontáneo, y Sobre la arquitectura alemana (1773), himno en prosa dedicado al arquitecto de la catedral de Estrasburgo, y que inaugura el culto al genio.
Escribió algunos dramas teatrales menores e inició la composición de su obra más ambiciosa, Fausto, en la que trabajaría hasta su muerte; en ella, la recreación del mito literario del pacto del sabio con el diablo sirve a una amplia alegoría de la humanidad, en la cual se refleja la transición del autor desde el Romanticismo hasta el personal clasicismo de su última etapa
<< El anciano Fausto es un hombre sabio que todo lo sabía, menos el misterio de la vida, y al fracasar en su intento decide suicidarse. Un coro de ángeles que canta la resurrección, renace en él las ansias de vivir. Al proseguir con sus deseos de conocer el misterio del mundo, Fausto hace un pacto con el maléfico Metistófeles, quien utiliza este anhelo insatisfecho para comprar su alma, y ganar la apuesta diabólica que se plantea en el prólogo de la obra dramática. >>
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