lunes, 23 de enero de 2017

LOS VIAJES DE GULLIVER

Hace unos días en clase hemos leído una parte de los viajes de Gulliver. Escrito por Jonathan Swift. 

Nació en Dublín, 1667- 1745) Era un escritor irlandés. Estudió teología en el Trinity College de Dublín, y tras estallar la guerra civil se trasladó a Inglaterra, donde obtuvo el puesto de secretario del diplomático sir William Temple, pariente lejano de su madre. Conoció a Esther Johnson, la hija de Temple, quien se convertiría en la destinataria de una serie de cartas íntimas.

La obra que indiscutiblemente aseguró a Swift la gloria literaria fue su novela Viajes de Gulliver  (Gulliver's Travels, 1726), sátira imaginativa y pesimista de la sociedad que se convertiría, curiosamente, en un éxito de la literatura infantil. El descubrimiento por parte del protagonista de países imaginarios, integrados por ejemplo por seres minúsculos (Lilliput) o gigantes (Brobdingnag), le sirve al autor para lanzar una sátira aguda e inmisericorde sobre la política y las relaciones sociales de su época, de un tono negativo rayano en la misantropía. El estilo de Swift, austero y directo, alcanza sus mejores resultados en la sátira, el género que siempre cultivó y en el cual demostró sus inmensas dotes imaginativas y para la crítica social.


La parte que leímos en clase sobre esta novela fue cuando Gulliver se encontraba en el país de los liliputienses. Esta parte narra como el  emperador de los liliputienses, le pone algunas condiciones para conseguir su libertad. Estas normas están escritas de un modo que nos hacen ver que es un texto expositivo-judicial. Este texto se puede comparar con textos como "Himno al sol" o "Canto a Innana" (que ya habíamos visto anteriormente en clase) porque, el emperador se describe a si mismo como si fuese un Dios, superior al resto de los de aquel lugar.


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